APRENDER A SER SORDO

¿Puedes parar por un instante y escuchar el ruido que hace el mar en la foto?, que lo oigas o no, no implica la belleza que posee, de hecho, estoy seguro de que si te concentras podrás llegar a escucharlo. ¿Cuántas veces has estado en mitad de la naturaleza, observando su paisaje, en un silencio total, y has sentido La Belleza?

Esta frase, está tomada de la película Sound of metal, en la que un batería de un duo de música metal se queda sordo en pocas semanas y asiste a un centro de rehabilitación para sordos. El director del centro como tarea le pone “Aprender a ser sordo”.

Aparte de la peli en si, la frase me resonó mucho. Aprender a ser… Da lo mismo el qué, y no me refiero a un oficio, sino a lo que en cada momento de nuestra vida somos. No como una resignación, sino como una realidad que en ese instante sucede. Y no como algo que está por encima de mí y me representa, sino como la circunstancia que me toca vivir en ese momento.

Aprender a ser sordo, para Rubén, el prota, no es poner por bandera su sordera y vivir a la sombra de, ni tener que cambiarlo porque lo considera un impedimento para vivir, sino saber que la vida sigue siendo plena desde su sordera.

Son miles de ejemplos los que día a día vemos a nuestro alrededor donde “la sordera” la ponemos como estandarte bajo el que vivimos: “soy la enfermedad que me vive”, y no hablo solamente de enfermedades sino de situaciones: “soy doliente”, referido a la pérdida de un padre, un hermano, un hijo, un amigo..

Este estandarte está por encima del ser que soy y me define de antemano, mi vida la giraré bajo este estandarte. Ni que decir tiene lo que esto va a limitar la vida y vivirla.

Podemos ir un poco más allá, pues “la sordera” no está sólo en los acontecimientos externos sino sobre todo en los internos, en esos estandartes que me impongo y con los cuales trato de comunicarme con el mundo, con los que me doy a conocer: “soy perezoso”, “soy tímido”, “soy … así” y genero mi realidad, de tal forma que me creo sordo como algo limitante para poder ser feliz, para poder ser, ya, alguien válido.

“Soy víctima del mundo”, “Soy rebelde” o “soy no visto”.

Aprender a ser sordo es aprender a vivir y amar lo que en ese momento soy, con la situación que sea, pero sin ponerla por encima del ser que realmente soy. Podré ser huérfano, padecer una enfermedad, pero siempre eso estará por debajo de mi SER, podré en un momento determinado ser rebelde o victimista, o agresivo, o tímido, o sentirme solo, y lo único que puedo hacer es Amar a ese ser que soy en ese momento porque forma parte de mí, sin ser yo. Integrarlo en mi forma de desenvolverme, porque en algo me ayuda en ese momento, reconocerlo, reconocerme así, pero no poner su estandarte por bandera pues Soy algo mucho mayor que eso. Detrás de las características o circunstancias existe algo mucho más profundo, un Ser que no posee bandera y que ser sordo no lo limita para ser pleno en vida.

Aprendamos a ser sordos, aprendamos a VIVIR.

Gracias.