Cuando la negatividad te invade sientes como tu cabeza no responde, la notas rígida y pesada, los hombros se vencen, la espalda se arquea, y una especie de letargo te invade, “mierda de vida”, surge como pensamiento. La energía se escapa como lo hace el agua cuando quitas el tapón de la ducha…
¿Y ahora qué?
Puedes dejar que eso suceda, “fluir” con ello, dejarte caer en la apatía, la desgana. Que la flojedad te invada, pararlo todo y tumbarte,…, mañana será otro día.
Puedes maldecir, luchar contra esa desesperanza, quejarte de lo que te sucede, no querer asumir lo que te ocurre, y ser víctima de las circunstancias
En ambas, haces lo mismo, convertirte en víctima, y desde esa posición pierdes algo muy importante, tu libre albedrío, pues hay algo que está manejando los hilos de tu vida y no eres consciente. Pretender elegir desde esa posición no es albedrío.
Pero puedes tomar otra actitud, sencillamente ser consciente de ello, de la sensación que te invade, dejarla estar sin confrontarte con ella, no fluir, porque sino serás parte de ella, y eso no eres tú. Obsérvala, mira los beneficios que obtienes con ello, sí, beneficios, siempre los hay, actuamos y nos movemos por ellos, por eso, descubrir que se esconde detrás de lo que hacemos es fundamental. El beneficio puede ser posponer las cosas para no enfrentarnos a circunstancias, sentirnos maltratados por la vida, por la suerte, lo que nos hace víctimas del infortunio y nos quita nuestra responsabilidad en aquello que hacemos, nos convierte en víctimas y toda víctima es susceptible de ser atendida, mimada, de que estén pendientes de nosotros, así que, observa por dónde se mueve tu beneficio.
Tomando consciencia de ello ya habrás logrado mucho, es un gran paso para tu crecimiento personal, pero eso si, no te juzgues por ello, no te culpes, pues sino volverás al principio.
Ahora que lo ves, la pregunta es: ¿Qué puedo hacer para salir de esta sensación de falta de energía, de negatividad?
Aquí empieza tu albedrío, puedes decidir no hacer nada, tumbarte en el sofá y mañana será otro día, puedes cambiar tu postura corporal, estirar la espalda, abrir los brazos, sonreír (esto cambia radicalmente la energía, pruébalo) y decidir no hacer nada ese día, o puedes dedicarle unos minutos a tus hobbies, ponerte a imaginar, a visualizar cosas positivas, metas o sueños que tengas, experiencias felices. Puedes hacer un pupurrí.
Lo importante es que, siendo consciente, tomas la responsabilidad de poder decidir, y seguro que dicha decisión será la correcta, la mejor que es esos momentos puedas tomar.
Eso es dejarse estar, para aprender, tomar consciencia, decidir y responsabilizarte, eso es el libre albedrío, es experimentar y vivir, observar sin juzgar.

La negatividad te pertenece, la generas tú, por lo tanto, en ti está quererla cambiar. Se puede hacer, claro que sí, pensar en lo contrario es volver a estar en ella, y le estas dejando que gobierne tu vida. Si crees en ella, ¿Cómo piensas que será tu vida?, ¿Cómo crees que generarás tus experiencias si tu material de construcción es la negatividad?

Sonríe, ten un pensamiento feliz, empecemos por ahí